EL CÁNTARO
lunes, 22 de abril de 2024
EXAMEN DE CONCIENCIA - Domingo 5º de Pascua. B 28 de abril de 2024
PERMANECER EN LA VID
“El
que permanece en mí y yo en el,
ese de fruto abundante”
(Jn 15,5)
1.
En este tiempo del cambio, es difícil la
permanencia en un lugar y en una relación. ¿Estamos decididos a mantener la
fidelidad a nuestra fe y a nuestra vocación?
2.
No basta con permanecer en un lugar.
Jesús habla de la necesidad de permanecer en él y permitirle a él permanecer en
nosotros. ¿Cómo entender esa doble permanencia?
3.
En nuestra cultura no es muy conocida la
imagen de la viña y de las parras, de los racimos y de las uvas. ¿Cómo traducir
hoy esa imagen evangélica?
4.
Isaías escribía que Israel era una viña que no dio el
fruto esperado. ¿Qué quiere decir Jesús al presentarse a sus discípulos como la
vid verdadera?
5.
Al presentarse como la vid verdadera, ¿no estará Jesús
denunciado a otras viñas y otras vides que tienen apariencia, pero no dan el
fruto esperado?
6.
Según Jesús, quien permanece unido a él dará fruto
abundante. ¿Cuál es el fruto que los discípulos de Jesús pueden ofrecer a este
mundo?
7. ¿Qué dificultades y que ayudas he percibido a lo largo de mi vida para permanecer unido o unida a Jesucristo como el sarmiento a la vid?
Jose-Román Flecha
REFLEXIÓN - Domingo 5º de Pascua B 28 de abril de 2024
LA VID Y LOS SARMIENTOS
“Llegado Pablo a Jerusalén, trataba de
juntarse con los discípulos, porque todos le tenían miedo, pues no se fiaban de
que fuera discípulo” (Hech 9,26). En el camino de Damasco el perseguidor fue
sorprendido por el Perseguido. Y al regresar a Jerusalén, Saulo dejaba
sorprendidos a los que él solía perseguir.
Jesús se fiaba de Saulo, pero los
discípulos de Jesús no se fiaban de aquel que ahora pretendía ser su discípulo.
Fue providencial que Bernabé lo presentara ante los apóstoles. Desde entonces, Saulo
podía predicar en la comunidad con celo realmente apostólico.
“El Señor es mi alabanza en la gran
asamblea”. Esas palabras del salmo 21 transmiten un eco de la misión de Saulo,
llamado Pablo. Pero reflejan también la vocación y la confesión de los que han
sido llamados por el Señor para anunciar su palabra.
De todas formas, a todos los discípulos del Señor se nos exhorta a creer en el nombre de Jesucristo y a amarnos unos a otros como él nos amó (1 Jn 3,18-24).
JESÚS Y EL PADRE
Esa doble exhortación de Jesús no es
fácil si contamos solamente con nuestras propias fuerzas. En las palabras que el
Maestro dirigió a sus discípulos en el contexto de la última cena lo expresó con
la hermosa alegoría de la vid y los sarmientos (Jn 15,1-8). Con ella, Jesús se
refería a su relación con el Padre y con sus discípulos. En ellas resumía su ser
y su tarea.
• “Yo soy la verdadera vid y mi Padre
es el labrador”. El profeta Isaías había comparado a Israel con una viña que,
plantada con amor y cuidada con esmero, no había producido los frutos esperados
(Is 5,1-7). Pero Jesús se presenta como la vid verdadera. El Padre lo ha
plantado y cuidado. Y él ha dado los buenos frutos que el Padre esperaba.
• “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos”. Por otra parte, Jesús manifiesta estar unido a sus discípulos. Ellos son los sarmientos de esa vid. Sin los sarmientos la vid no entrega sus frutos. Los discípulos son necesarios para que Jesús pueda entregar su fruto a la humanidad. Pero el fruto no nace de los sarmientos, sino de la vid a la que están unidos.
JESÚS Y LOS DISCÍPULOS
Al recordar su relación con el Padre y
al referirse a sus discípulos, Jesús repite hasta siete veces el verbo
“permanecer”. La permanencia es absolutamente necesaria. Nadie puede dar fruto
si no permanece en Jesús y no permite a Jesús que permanezca en él.
• “Sin mí no podéis hacer nada”.
Algunos discípulos se alejaron de Jesús cuando él se presentó ante ellos como
el pan de la vida. Pero él les advierte que sin él no podrán hacer transmitir
la buena notica de la salvación y de la vida.
• “Sin mí no podéis hacer nada”. Algunos
discípulos se acercaron a Jesús pidiéndole que les concediese los puestos más
importantes en su reino. Pero Jesús les dijo que no serían nada si no aceptaban
compartir el cáliz que él mismo había de beber.
• “Sin mí no podéis hacer nada”.
Algunos discípulos lo traicionaron y todos lo abandonaron en Getsemaní. Pero
Jesús se les mostró resucitado y los hizo partícipes de su misión para que
perdonaran los pecados de la humanidad.
- Señor Jesús, creemos que tú eres la verdadera vid y nosotros somos los sarmientos. Tú nos eres necesario, como rezaba el papa Pablo VI. Pero has querido que también nosotros seamos necesarios para que se vean tus frutos en el mundo. Bendito seas, Señor. Amén
José-Román Flecha Andrés
CADA DÍA SU AFÁN - 27 de abril de 2024
IMMANUEL KANT
El día 22 de abril de 1724 nacía Immanuel Kant en
la ciudad prusiana de Königsberg. En este tercer centenario de su nacimiento recordamos
aquellas frases suyas que nos dictaron como importantes para el estudio de la
Ética.
Era famosa
una confesión suya que podía orientar nuestra conducta: “Dos cosas llenan el ánimo de admiración y respeto,
siempre nuevos y crecientes, cuanto con más frecuencia y aplicación se ocupa de
ellas la reflexión: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mí”.
En un tiempo en que se
consideraba la conciencia como la presión de la sociedad, Kant la presentaba
como “un instinto que nos lleva a juzgarnos a la luz de las leyes morales”.
Pero, sobre todo, nos parecía
imprescindible aquella frase con la que él traducía la regla de oro de todas
las éticas y el ideal de una utópica política: “Obra siempre de modo que tu conducta pudiera servir de
principio a una legislación universal”.
Andando los
años, en su encíclica Spe Salvi, Benedicto
XVI anotaba que Kant escribía en 1792 que “el paso gradual de la fe
eclesiástica al dominio exclusivo de la pura fe religiosa constituye el
acercamiento del reino de Dios”. Es más, el filósofo decía que las revoluciones
pueden acelerar los tiempos de ese paso de la fe eclesiástica a la fe racional.
Sin embargo, en
1794, en su obra “El final de todas las cosas”, Kant considera la posibilidad
de que, junto al final natural de todas las cosas, se produzca también uno
contrario a la naturaleza. Y escribe: “Puesto que el cristianismo, aun habiendo
sido destinado a ser la religión universal, no habría sido ayudado de hecho por
el destino a serlo, podría ocurrir, bajo el aspecto moral, el final (perverso)
de todas las cosas”.
El año siguiente
publicaba Kant su tratado sobre “la paz perpetua”. En estos días nos interpela el
primer principio con el que iniciaba su reflexión: “No debe considerarse como
válido un tratado de paz que se haya ajustado con la reserva mental de ciertos
motivos capaces de provocar en el porvenir otra guerra”. A lo largo de toda la
obra considera él la posibilidad y la necesidad de que la política y la moral
se entiendan mutuamente.
En su delicioso
tratado sobre “lo bello y lo sublime”, de pronto surge la sorpresa de un
relámpago sobre el valor de la virtud: “Como el sentimiento del honor es
delicado, puedo denominar resplandor de la
virtud aquello análogo a lo virtuoso que por él es ocasionado”.
Páginas más adelante escribe que
“el español es serio, callado y veraz… Tiene un alma orgullosa y siente más los
actos grandes que los bellos. Como su espíritu no encierra benevolencia
bondadosa y dulce, resulta a menudo duro y aun cruel”. Habrá que preguntarse si
el filósofo se limitó a recoger algunos tópicos o acertó de lleno en su
dictamen.
lunes, 15 de abril de 2024
EXAMEN DE CONCIENCIA - Domingo 4º de Pascua. B 21 de abril de 2024
LOS SILBOS DEL PASTOR
“Yo
soy el buen Pastor.
El buen pastor da su vida por
las ovejas”
(Jn
10,11)
1.
En nuestra cultura ya no es muy conocida
la imagen del pastor. ¿Cómo podría ser traducida de modo que se pueda entender
lo que significaba para el pueblo de Israel?
2.
Jesús no es un pastor más. Se presenta a sí mismo como el
buen pastor. ¿Qué anuncia y qué denuncia el Maestro con esa expresión
abiertamente profética?
3.
Según Jesús, la característica del buen pastor es la
entrega de su vida por sus ovejas. ¿Se refería él a su compasión por
los más necesitados o a su muerte redentora?
4.
Seguramente todos hemos oído o leído que
algunos pastores han dado su vida por las ovejas que les habían sido confiadas.
¿Podríamos recordar a alguno de ellos?
5.
El papa Francisco suele decir que los
pastores han de tener “olor de oveja”. ¿No habrá que pensar que también las
ovejas han de tener el olor de su Pastor?
6.
La imagen del pastor nos remite a una
cultura y a una situación social determinada. ¿Qué puede implicar reconocer a
Jesús como nuestro Divino Pastor?
7.
¿Reconozco yo a Jesús como el Pastor que
con sus silbos amorosos me ha despertado del
profundo sueño y le ruego, como Lope de Vega, que vuelva sus ojos a mi fe
piadosos, pues le confieso por mi amor y dueño?
Jose-Román Flecha
REFLEXIÓN - Domingo 4º de Pascua B 21 de abril de 2024
EL BUEN PASTOR
“No hay salvación en ningún otro, pues bajo el
cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos”
(Hech 4,12). Los miembros del Sanedrín sabían de sobra que el nombre de Jesús
significa “Dios salva”. Pedro les anuncia que Juan y él habían curado al
paralítico, precisamente en el nombre de Jesús de Nazaret.
Jesús podía ser comparado con la piedra
desechada por los constructores. Pero, por voluntad del Padre, se había convertido
en la piedra angular de un nuevo edificio (Sal 117). Esa era la verdad que
tenían que aceptar los judíos. Y esa es la noticia que todavía hoy escandaliza
a nuestro mundo.
Como escandaliza el testimonio de los creyentes que se muestran convencidos de que el amor del Padre celestial los ha convertido en hijos de Dios (1 Jn 3,1-2).
TRES ACTORES DE UN DRAMA
En el domingo cuarto de Pascua todos
los años evocamos la alegoría evangélica que nos presenta a Jesús como el
verdadero Pastor de su rebaño. En sus palabras aparecen tres actores que han de
ser tenidos en cuenta también en nuestro tiempo:
• Jesús menciona al lobo que ataca a
los rebaños, dispersa a las ovejas y las mata. Este texto evangélico debía de
impresionar a los miembros de las primeras comunidades cristianas. También
ellas eran y son divididas y dispersadas por quienes buscan sus propios intereses,
• Además, aun dentro de las comunidades
había y hay todavía responsables que se comportan como asalariados. No procuran
guiar y defender a los fieles. Al contrario, los desorientan y hasta los abandonan
en los momentos de crisis o de persecución.
• El pastor verdadero se interesaba y se interesa por sus ovejas. Les entrega su vida y está dispuesto a morir por ellas. Además, sale en busca de otras ovejas que no pertenecen a su rebaño o le han sido arrebatadas. Y sigue el mandato del Señor para atraerlas a la comunidad.
LA REVELACIÓN DEL PASTOR
Esta alegoría evangélica contiene una
de las revelaciones más importantes sobre Jesús: sobre su identidad y sobre su
misión: “Yo soy el buen Pastor, que conozco a mis ovejas y las mías me conocen,
igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre”.
• “Yo soy el buen Pastor”. Esta imagen
evocaba la historia de Israel. Dios se había manifestado muchas veces como el
pastor de su pueblo y como tal era invocado. La comunidad cristiana habría de
ver en esa imagen la entrega de Jesús a todos los necesitados.
• “Conozco a mis ovejas y las mías me
conocen”. Dios conocía a su pueblo y sus
gentes no podían confundirlo con los ídolos de los paganos. Jesús conocía a sus
discípulos y nos conoce a nosotros. Tenemos que tratar de conocer quién es él y
qué hace por nosotros.
• “Como el Padre me conoce y yo conozco
al Padre”. La relación existente entre
el Padre y Jesús no es una verdad abstracta e indiferente. También hoy ha de
ser el modelo y la pauta para la espiritualidad y la vivencia de la fe entre
los miembros de la comunidad cristiana.
- Señor Jesús, nosotros te reconocemos como el Divino Pastor. Creemos que tú nos conoces y alimentas. Tú nos defiendes y nos guías. Tú nos buscas y entregas tu vida por nosotros. Conocemos tu solicitud por cada uno de nosotros. Queremos seguir tus pasos y esforzarnos por construir una comunidad digna de ti. Bendito seas por siempre. Amén.
José-Román Flecha Andrés
CADA DÍA SU AFÁN - 20.4.2024
EL AMOR MISERICORDIOSO
La
celebración del domingo de la Divina Misericordia nos ha hecho recordar a una
religiosa española que difundió ampliamente la devoción al Amor Misericordioso
de Dios, que se manifiesta en la vida y en la muerte de Jesús Crucificado.
María Josefa Alhama Valera nació de una familia muy humilde el día 30
de septiembre de 1893 en El Siscar, Santomera, en la provincia de Murcia.
Cuando tenía 6 ó 7 años, el párroco de Santomera, don Miguel Aliaga y
sus dos hermanas la enseñaron a leer y escribir, en tiempos en que esa
iniciación a la cultura era un lujo para algunos privilegiados.
Ella se
quedó en la casa del párroco hasta el 15 de octubre de 1914, cuando entró a
formar parte de la congregación de las Hijas del Calvario, en Villena. En 1924
escribió en la revista “La vida sobrenatural”, fundada y dirigida por el
dominico padre Juan González Arintero, nacido en Lugueros, León.
Impulsada
por el ejemplo de santa Teresa del Niño Jesús, entendió que Dios la llamaba a
hacer presente en el mundo su Amor Misericordioso. En la Nochebuena de 1930, en
un piso de la calle Velázquez, en Madrid, inició la congregación de las
Esclavas del Amor Misericordioso, que había de educar a niños y atender a
tantos necesitados de pan y de consuelo.
La Madre Esperanza de Jesús, como ahora se llamaba, en 1936 se
trasladó a Roma, donde atendió asiduamente a los heridos de la II Guerra
Mundial. Allí fundaría en 1951 la rama masculina de los Hijos del Amor Misericordioso. En esa década comenzó a poner en práctica
la construcción de lo que había de ser el centro de Collevalenza, en Lodi,
Perugia, Umbria.
Junto a esta hermosa basílica, presidida por
la imagen de Jesucristo Crucificado, se levantan otros edificios de residencia
y de acogida para peregrinos. La Madre Esperanza deseaba este lugar “para que
todos sepan que Dios es un Padre que ama, perdona, olvida y no tiene en cuanta
los pecados de sus hijos cuando los ve arrepentidos”.
Como se sabe, el día 13 de mayo de 1981 el papa Juan
Pablo II fue víctima de un atentado que podía haber sido mortal. El día 22 de
noviembre del mismo año visitó el santuario y se entrevistó con la Madre
Esperanza. A ella y a las “siervas” les dijo que “el mundo tiene sed, incluso
sin saberlo, y la Divina Misericordia está llamada a extender esta agua y la
curación milagrosa del alma y del cuerpo en este mundo”.
Tras una vida llena de gracias místicas y de confianza en Dios, la Madre Esperanza falleció el día 8 de febrero de 1983. El día 31 de mayo de 2014 ante una amplia asamblea, presidida por el cardenal Angelo Amato, sería beatificada en el santuario que ella había soñado para dar al mundo el testimonio del Amor Misericordioso de Dios. Allí descansan sus restos y allí se respira su espíritu.
José-Román Flecha Andrés
lunes, 8 de abril de 2024
EXAMEN DE CONCIENCIA - Domingo 3º de Pascua. B 14 de abril de 2024
DUDAS Y TEMORES
“¿Por qué os alarmáis?
¿Por qué surgen dudas en vuestro
corazón?”
(Lc 24,38)
1.
¿A qué se refería Jesús con estas
preguntas dirigidas a sus discípulos, al mostrarse ante ellos el mismo día de
su resurrección?
2.
¿Se puede ver y afirmar que también hoy
subsisten entre los cristianos temores y dudas con relación al Señor?
3.
Si es así, ¿a qué pueden deberse esas
alarmas y esas dudas que parecen mantener a los creyentes recluidos y
atemorizados?
4.
¿Por qué es tan difícil para los cristianos aceptar el
misterio de la pasión y muerte de Jesucristo?
5.
¿O tal vez se puede decir que en este
momento de la historia es más difícil aún aceptar el misterio de su
resurrección?
6.
¿Estamos dispuestos a recibir la paz y
el perdón del Señor Resucitado para superar nuestra alarma, nuestras dudas y
nuestros temores?
7.
¿Y yo estoy convencido de
que el Señor me ha elegido, confortado y enviado para que pueda ser testigo de
su vida y de su resurrección?
Jose-Román Flecha
REFLEXIÓN -
ELEGIDOS Y ENVIADOS
“Matasteis al autor de la vida, pero Dios lo
resucitó de entre los muertos y nosotros somos testigos de ello” (Hech 3,15).
Tras la curación del paralítico junto a la Puerta Hermosa del Templo, así
interpela Pedro a la gente que se ha reunido para constatar aquel
portento.
• El Apóstol declara que la curación no
se debe a él y a Juan, sino a la fe en el nombre de Jesús que les mueve.
• Además, denuncia proféticamente la
ceguera de su pueblo, que ha renegado del Santo y del Justo, al tiempo que les anuncia
que Dios ha resucitado a Jesús.
• Sin embargo, Pedro tiene la grandeza
de disculpar a los que condenaron a Jesús por ignorancia, y los exhorta a
arrepentirse y convertirse.
• Además, el Apóstol asume y proclama
el papel de testigos del Mesías que corresponde a los discípulos que han
convivido con Él.
Con el salmo responsorial, pedimos al Señor que brille sobre nosotros la luz de su rostro (Sal 4). Que también nosotros guardemos la palabra del Señor y cumplamos sus mandamientos, como nos pide la segunda lectura (1Jn 2,1-5).
TRES CONTRASTES
El evangelio de este domingo tercero de
Pascua nos sitúa en el momento en que los dos discípulos que se habían alejado
hasta Emaús se encuentran de nuevo con sus hermanos que habían quedado en
Jerusalén (Lc 24,35-48).
Unos y otros se apresuran a dar cuenta
de su respectivo encuentro con Jesús. Pero de pronto se les muestra el
Resucitado con un mensaje cargado de fuertes contrastes:
•
Por una parte les ofrece y desea el don de la paz, pero al mismo tiempo
les reprende por las dudas a las que se aferran y por sus dificultades para
creer.
• Además, se presta a comer con ellos
para demostrarles que es el mismo que han seguido por los caminos, pero les advierte
que era necesario que se cumplieran las Escrituras.
• Jesús recuerda el pasado reciente de su muerte y resurrección, pero orienta al futuro la mirada de sus discípulos para que prediquen la conversión a todos los pueblos.
SER TESTIGOS
Al leer que Jesús resucitado se muestra
a sus discípulos, nos preguntamos qué misión les confía. ¿Cuál ha de ser el
contenido de su predicación? ¿Qué instituciones habrán de crear para apoyarla?
¿Con qué títulos tendrán que adornarse para hacerse respetar? Pues bien, Jesús
solamente les invita a considerar lo que ellos son y lo que han de hacer.
• “Vosotros sois testigos de esto”. Habrán
de recordar fielmente el pasado y los días en que han convivido con su Maestro.
• “Vosotros sois testigos de esto”. Tendrán
que reconocer que lo han abandonado en Getsemaní, pero han recibido su paz y su
perdón.
• “Vosotros sois testigos de esto”. No
deberán olvidar que con sus palabras y con sus obras han de comunicar a las
gentes el gozoso mensaje de su Maestro
- Señor Jesús, nosotros somos conscientes de que nos has elegido para compartir tu vida. Nos has ayudado a reconocer tu triunfo sobre el mal y sobre la muerte. Te agradecemos que nos hayas enviado para ser testigos de tu resurrección. Bendito seas por siempre. Amén. ¡Aleluya!
José-Román Flecha Andrés
CADA DÍA SU AFÁN - 13 de abril de 2024
DE LA SOLEDAD A LA MISERICORDIA
En la Semana Santa
hemos podido volver a leer un admirable sermón que san Juan de Ávila predicó
sobre la soledad de María.
La creatividad del
orador lo llevaba a imaginar la muerte de Jesús en la cruz, su sepultura y los
sentimientos que debieron de embargar a su Madre.
Acompañada por Juan,
María regresó del Calvario al Cenáculo. San Juan quedó a la puerta para despedir
a la gente y agradecerle su atención. Según el orador, además de dar las
gracias al grupo de personas que los habían acompañado, les habría pedido que
respetasen la soledad de María:
“Señores, el Señor,
por quien habéis hecho esto, os lo pague y os depare siempre quien en vuestros
trabajos os ayude y favorezca. Ya veis la Señora cuán penada viene; déjenla
sola llorar su dolor, pues no hay en la tierra consuelo para ella”.
Entre tanto, según
el orador, María ha subido al piso de arriba en la casa donde la noche antes Jesús
ha celebrado la cena pascual. Y, entre lágrimas, exhala unos lamentos que
debieron de impresionar a los fieles que escuchaban el sermón:
“Oh hijo y señor
mío, compañía mía, ¿dónde quedas? ¿Es posible que vengo yo dejándote a ti sepultado?
¡Anoche estabas aquí con tus discípulos y agora te dejo debajo de la tierra!
¿Qué va, Señor mío, de hora a hora? ¿A dónde iré que te halle? ¿A dónde iré que
me alegre faltándome tú? ¡Cuánta más alegría sintiera mi ánima estando allá
acompañándote que en andar por acá, apartada de tu presencia!”
Sin embargo, el
predicador nos sorprende imaginando la asombrosa reacción de María, que
califica a los discípulos como hijos suyos. De hecho, muy decidida, se dirige
al discípulo amado con un ruego conmovedor:
“Di, hijo mío,
¿adónde están mis hijos? Vuestros hermanos, ¿dónde están? Los racimos de mi
corazón, los pedazos de mis entrañas ¿adónde están? Traérmelos acá”.
Juan dice a María que no se preocupe por
ellos: “Dejad Señora; harto tenemos agora en qué entender con el muerto, dejad
agora los vivos”.
Sin embargo, María
se hace fuerte en el dolor e insiste en su petición: “No, no; baste mi dolor,
no añadáis dolor a dolor; bástenme mis angustias; traédmelos, que no descansaré
hasta que vea a los discípulos de mi Hijo.
Tras apelar al dolor
de María, Juan busca otra escusa en el lamentable comportamiento de los
discípulos: “Que no digáis eso, Señora. ¿Quién ha de osar venir? Todos huimos
cuando le prendieron; Pedro le negó. Que no querrán venir de vergüenza”.
Pero la razón que expresa
María denota su papel en la historia de la salvación: “No digáis tal;
traédmelos, que yo les prometo perdón de mi Hijo”.
A continuación, san
Juan de Ávila concluye su sermón imaginando la insistencia con la que Juan va
tratando de convencer a los discípulos para que vuelvan a reunirse con María.
La soledad de la Madre deja paso a su misericordia.
José-Román Flecha Andrés
lunes, 1 de abril de 2024
EXAMEN DE CONCIENCIA - Domingo 2º de Pascua. B- 7 de abril de 2024
CREER SIN VER
“Dichosos los que crean sin haber visto”
(Jn 20,2)
- Con frecuencia se oye decir: “Yo solo creo lo que veo”.
¿Cómo podemos juzgar la validez de esa afirmación cuando se refiere a la
experiencia humana?
- ¿Qué necesitamos ver para poder creer en
los famosos ideales de la libertad, la igualdad y la fraternidad?
- ¿Qué tipo de fe hace falta para creer en
la paz y en la justicia, en la solidaridad o en la democracia?
- ¿Se
puede calificar como dichosos a todos los que tuvieron la oportunidad de
ver a Jesús personalmente?
- ¿Por qué proclamaba Jesús dichosos a los
que en el futuro habían de creer en él sin haberlo visto?
- ¿Se podría resumir en algunas notas lo
que la fe a la visión directa de Jesús para hacer dichoso al creyente?
- ¿Y yo cómo puedo demostrar con mi propia vida la felicidad de creer en el Señor sin haberlo visto? Jose-Román Flecha
REFLEXIÓN - Domingo 2º de Pascua. B 7 de abril de 2024
LOS DONES DE LA PAZ Y DE LA FE
“Los hermanos eran constantes en escuchar la
enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las
oraciones” (Hech 2,42-47). En este “sumario”, incluido en el libro de los
Hechos de los Apóstoles, se resume el ideal de la comunidad de los discípulos
de Cristo que se reunían en Jerusalén.
Con el salmo responsorial nosotros
confesamos públicamente la bondad de Dios, proclamando: “¡Eterna es su
misericordia!” (Sal 117)
En este domingo que Juan Pablo II quiso dedicar a la meditación de la misericordia de Dios, recordamos que Dios, Padre misericordioso, nos ha hecho nacer de nuevo por la resurrección de Jesucristo. Podemos gozar de una esperanza viva (1Pe 1,3-9).
EL RESUMEN DEL EVANGELIO
Apenas resucitado, Jesús se manifiesta a
sus discípulos, que se han encerrados en una casa por miedo a los judíos (Jn
20,19-31). El Maestro no viene a reprenderles por su abandono y su cobardía,
sino que les desea la paz y les encarga que transmitan su perdón.
• “Hemos visto al Señor”. Con ese
anuncio reciben a Tomás, que estaba ausente en el momento de la manifestación
de Jesús. Ya no podían sentirse huérfanos. Esa experiencia era fundamental para
orientar su nueva vida.
• “Hemos visto al Señor”. Antes habían escuchado la enseñanza del
Maestro y ahora lo habían visto resucitado. Ese era el núcleo del mensaje que
deberían proclamar por todo el mundo. Con razón comenzaban por compartirlo con
Tomás.
• “Hemos visto al Señor”. Ese es el resumen del Evangelio, que fundamenta nuestra fe. El anuncio comenzaba allí, pero había de extenderse a lo largo de los siglos. Todos los seguidores del Maestro hemos de repetirlo en todos los tiempos y en todos los lugares.
LA LECCIÓN SOBRE LA FE
Con demasiada frecuencia se califica a
Tomás como el discípulo incrédulo. Se olvida que era el único que parecía
dispuesto a subir con Jesús a Jerusalén. Ahora le asombra que los que se
resistían a seguirle hasta su muerte se apresuren ahora a cantar su
resurrección. Pero el Maestro le dirige una lección inolvidable sobre la fe
• “Dichosos los que crean sin haber
visto”. Al recibir a María, su pariente Isabel la había proclamado dichosa por
haber creído lo que le había comunicado Dios. Dirigiéndose a Tomás, Jesús
proclama dichosos a todos los que crean en él.
• “Dichosos los que crean sin haber visto”. Son
bienaventurados todos los que han llegado a creer en Jesús a través del
testimonio de los apóstoles. Son dichosos porque han recibido la enseñanza de
los testigos de la vida y la palabra del Maestro.
• “Dichosos los que crean sin haber
visto”. Hoy damos gracias porque hemos podido escuchar el testimonio de los que
vieron al Señor y acogieron su palabra como la luz que brilla en las tinieblas.
- Señor Jesús, al recordar y celebrar tu resurrección de entre los muertos, te damos las gracias por tu gran misericordia, por tu vida y por tu presencia entre nosotros. Queremos vivir y testimoniar los dones de la paz y de la fe que tú nos has concedido. Bendito seas por siempre. Amén. ¡Aleluya!
José-Román Flecha Andrés
CADA DÍA SU AFÁN - 6 de abril, 2024
DON Y TAREA DE LA MISERICORDIA
"Dad
gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia". Con
estas palabras, tomadas del salmo 118, comenzaba el papa san Juan Pablo II su homilía
el día 30 de abril del año 2000. Aquel día declaraba santa a sor Faustina
Kowalska.
En la ciudad de Vilnus, capital de Lituania,
podemos visitar la capilla en la que ella había recibido la revelación de
Jesús, que le decía: "Hija mía, di que soy el Amor y la Misericordia en
persona".
Bien sabemos que esa idea no era nueva. El pueblo
de Israel creía y confesaba que Dios es clemente y misericordioso (Éx 34,6). Y
Jesús de Nazaret proclamaba dichosos a los misericordiosos, porque ellos
alcanzarán misericordia (Mt 5,7).
El mismo papa Juan Pablo II, había publicado una
encíclica que ya desde el título se refería a Dios como “Rico en misericordia”.
Teniendo en cuenta los terribles dramas del siglo pasado, el Papa recogía la
revelación que Jesús había hecho a sor Faustina: "La humanidad no
encontrará paz hasta que no se dirija con confianza a la misericordia divina".
Según él, este “no es un mensaje nuevo, pero se
puede considerar un don de iluminación especial, que nos ayuda a revivir más
intensamente el evangelio de la Pascua, para ofrecerlo como un rayo de luz a
los hombres y mujeres de nuestro tiempo”.
Al principio del nuevo milenio, el Papa preveía
de alguna manera el futuro, al preguntarse: “¿Qué nos depararán los próximos
años? ¿Cómo será el futuro del hombre en la tierra? No podemos saberlo. Sin
embargo, es cierto que, además de los nuevos progresos, no faltarán, por
desgracia, experiencias dolorosas. Pero la luz de la misericordia divina, que
el Señor quiso volver a entregar al mundo mediante el carisma de sor Faustina,
iluminará el camino de los hombres del tercer milenio”.
Evidentemente, la meditación sobre la misericordia
divina no puede motivar la indiferencia ante la miseria humana, ante los sufrimientos
de toda la humanidad. Por ello, “el mensaje de la misericordia divina es
también un mensaje sobre el valor de todo hombre. Toda persona es
valiosa a los ojos de Dios. Cristo dio su vida por cada uno, y a todos el Padre
concede su Espíritu y ofrece el acceso a su intimidad”.
El Papa
exclamaba: “¡A cuántas almas ha consolado ya la invocación "Jesús, en ti
confío", que la Providencia sugirió a sor Faustina! Este sencillo acto de
abandono a Jesús disipa las nubes más densas e introduce un rayo de luz en la
vida de cada uno”.
Por todo
ello, san Juan Pablo instituía el domingo segundo de Pascua como el domingo de
la divina misericordia. Una revelación del amor misericordioso de Dios y una
invitación para descubrir y practicar las obras de misericordia. Un don
precioso y una tarea imprescindible.
miércoles, 27 de marzo de 2024
EXAMEN DE CONCIENCIA - Solemnidad de la Resurrección del Señor B - 31 de marzo de 2024
EL SEPULCRO VACÍO
“Se han
llevado del sepulcro al Señor
y no sabemos dónde lo han puesto”
(Jn 20,2)
1. “Se han llevado del sepulcro al Señor”. ¿Esta voz de alarma, pronunciada
por María Magdalena, no parece actual en un mundo que parece haber secuestrado
a Jesucristo?
2. ¿Qué signos encontramos en nuestra sociedad que delaten hoy la
ausencia de Jesús y de su mensaje?
3. “No sabemos dónde lo han
puesto”. Si la primera parte de la frase de Magdalena parece un lamento por la
acción venida de fuera, ¿no nos acusará esta otra parte a los que pertenecemos
al pueblo de Dios?
4. Tras
la muerte de Jesús, sus discípulos estaban desolados. ¿A qué se debe la
desorientación en las creencias y en el comportamiento que se percibe en la
Iglesia?
5. ¿No
estaremos necesitando hoy personas como María Magdalena que con su anuncio
despierten a los que parecen desalentados por la aparente ausencia del Señor?
6. Por
otra parte, ¿estamos los discípulos de hoy dispuestos a escuchar la voz de
quienes nos exhortan a buscar al Señor?
7. ¿Estoy
convencido de que el anuncio del sepulcro vacío ha de renovar mi fe en el Señor
resucitado?